13/1/08

Escultura gótica

La diferencia entre la escultura románica y la gótica es el realismo de esta última. Lentamente desaparecen los tipos estilizados y esquematizados del románico, sustituidos por los inspirados en la naturaleza, se rehumaniza.

Aparecen los sentimientos más diversos: dolor, placer, bienestar… El autor es expresivo. Ahora a Jesucristo le duele el cuerpo y el alma, aparece desnudo y los pliegues desordenados, el cuerpo pesa, la corona de rey es sustituida por la de espinas, Cristo inspira compasión.

En la virgen domina la alegría, ya no es sólo la portadora de Dios, sino la madre de Cristo. Existe mayor comunicación. Es una representación íntima y maternal. Renace el dolor cuando sostiene al niño, aparece la piedad. Es una nueva iconografía.

Adquieren gran desarrollo las vidas de santos (agiografías) que se inspiran en la “Leyenda Dorada”, libro con narraciones de vidas de santos escrita en 1280 por Jacobo de la Vorágine.

Hubo más escultura gótica que románica, lo que se debía a la situación económica y social de la época.

En los tímpanos hay un mayor énfasis en la simetría. Se ocupan muchas veces con escenas de la virgen, aparecen santos y escenas del juicio final. En las arquivoltas se suelen colocar reyes y músicos siguiendo la dirección del arco. El parteluz normalmente tiene una figura de una virgen y, en ocasiones, algún santo.

En los capiteles van desapareciendo los temas iconográficos y aparecen los vegetales.

Proliferan los retablos, los altares, las tumbas, las sillerías de coro…

En el siglo XIV, cuando las grandes catedrales han sido terminadas, los escultores se dedican a ornamentarlas, realizan retablos, altares, etc.

En las tumbas alterna la forma yacente con la orante y en el gótico final, los personajes aparecen con su edad real, para ello se hacen máscaras mortuorias.


Portada de la Catedral de Reims (2ª mitad S. XIII)

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